jueves, 15 de marzo de 2018

APRENDE A AMAR MAS A TUS PADRES ACEPTANDO CON SERENIDAD SU VEJEZ.

Este texto lo encontré publicado en Facebook, me agradó tanto su contenido que sucumbí a la tentación de transcribirlo y conservarlo aquí, en donde guardo lo que me complace... No se quien sea el autor pero dejo el vínculo a la publicación original -solo por si acaso-.

Cuando yo ya no pueda  y todo hijo es padre de su padre son textos casi obligado leer para complementar a este que ahora lees. 



Para nosotros nuestros padres y madres son los héroes del hogar. Los vemos tan fuertes y un día no entendemos cómo envejecieron de repente


Para nosotros nuestros padres y madres son nuestros héroes. Pasamos buena parte de nuestra existencia cultivando estos estereotipos.

Hasta que un día el padre héroe comienza a pensar todo el tiempo, protesta bajito y habla de cosas que no tienen ni pie ni cabeza. La heroína del hogar comienza a tener dificultades en terminar las frases y empieza a enojarse con la empleada.

¿Qué hicieron papá y mamá para envejecer de un momento a otro?

 

Envejecieron…Nuestros padres envejecieron. Nadie nos había preparado para eso. Un bello día ellos pierden la compostura, se vuelven más vulnerables y adquieren unas manías "bobas". Tienen muchos kilómetros andados y saben todo, y lo que no saben lo inventan.

Están cansados de cuidar de los otros y de servir de ejemplo: ahora llegó el momento de ser cuidados y mimados por nosotros. No hacen más planes a largo plazo, ahora se dedican a pequeñas aventuras como comer a escondidas todo lo que el médico les prohibió.

Tienen manchas en la piel. De repente están tristes. Pero no están caducos: están caducos los hijos, que rechazan aceptar el ciclo de la vida.

Es complicado aceptar que nuestros héroes y heroínas ya no están con el control de la situación. Están frágiles y un poco olvidadizos, tienen ese derecho, pero seguimos exigiendo de ellos la energía de una locomotora. No admitimos sus flaquezas, su tristeza.

Nos sentimos irritados y algunos llegamos a gritarles si se equivocan con el celular u otro equipo electrónico, y encima no tenemos paciencia para oír por milésima vez la misma historia que cuentan como si terminaran de haberla vivido.


En vez de aceptar con serenidad el hecho de que adoptan un ritmo más lento con el pasar de los años, simplemente nos irritamos por haber traicionado nuestra confianza, la confianza de que serían indestructibles, como los súper héroes.

Provocamos discusiones inútiles y nos enojamos con nuestra insistencia para que todo siga como siempre fue. Nuestra intolerancia solo puede ser miedo. Miedo de perderlos, y miedo de perdernos, miedo de también dejar de ser lúcidos y joviales.

Con nuestros enojos, solo provocamos más tristeza a aquellos que un día solo procuraron darnos alegría. ¿Por qué no conseguimos ser un poco de lo que ellos fueron para nosotros?

¡Cuántas veces estos héroes y heroínas estuvieron noches enteras junto a nosotros, medicando, cuidando y midiendo fiebres! Y nos enojamos cuando ellos se olvidan de tomar sus medicinas, y al pelear con ellos los dejamos llorando, tal cual criaturas que fuimos un día.

El tiempo nos enseña a sacar provecho de cada etapa de la vida, pero es difícil aceptar las etapas de los otros... más cuando los otros fueron nuestros pilares, aquellos para los cuales siempre podíamos volver y sabíamos que estarían con sus brazos abiertos y que ahora están dando señales de que un día irán a partir sin nosotros.

Hagamos por ellos hoy lo mejor, lo máximo que podemos para que mañana cuando ellos ya no estén más y podamos recordarlos con cariño, de sus sonrisas de alegría y no de las lágrimas de tristeza que ellos hayan derramado por causa nuestra.


Al final, nuestros héroes de ayer, serán nuestros héroes eternamente.

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Mi siempre admirada Marisol Islas compartió esta lección de vidas ~sin título y sin autor ~ que trato de practica con los que me dieron vida... 

Un hijo llevó a su padre a un restaurante para disfrutar de una deliciosa cena. Su padre ya era bastante anciano, y por lo tanto, un poco débil también. Mientras comía, un poco de los alimentos caía de cuando en cuando sobre su camisa y su pantalón. Los demás comensales observaban al anciano con sus rostros distorsionados por el disgusto, pero su hijo permanecía en total calma.

Una vez que ambos terminaron de comer, el hijo, sin mostrarse ni remotamente avergonzado, ayudó con absoluta tranquilidad a su padre y lo llevó al sanitario. Limpió las sobras de comida de su arrugado rostro, e intentó lavar las manchas de comida de su ropa; amorosamente peinó su cabello gris y finalmente le acomodó los anteojos.

Al salir del sanitario, un profundo silencio reinaba en el restaurante. Nadie podía entender cómo es que alguien podía hacer el ridículo de tal manera. El hijo se dispuso a pagar la cuenta, pero antes de partir, un hombre, también de avanzada edad, se levantó de entre los comensales, y le preguntó al hijo del anciano: “¿No te parece que has dejado algo aquí? “
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El joven respondió: “No, no he dejado nada”. Entonces el extraño le dijo: ¡Sí, has dejado algo! ¡Haz dejado aquí una lección para cada hijo, y una esperanza para cada padre!”

Uno de los mayores honores que existen, es poder cuidar de aquellos adultos mayores que alguna vez nos cuidaron también. Nuestros padres, y todos esos ancianos que dedicaron sus vidas, su tiempo, dinero y esfuerzo por nosotros, merecen nuestro máximo respeto. 


Algunos textos íntimamente relacionados están aquí.


Fin de la publicación. 

¿QUÉ SE SIENTE SER VIEJO?

Este texto lo compartió mi siempre admirada amiga Sandra Guadalupe Farach Gómez; aunque está escrito en femenino su contenido bien puede aplicarse a los varones sin dificultad; el texto puede encontrarse ~igual o con leves diferencias~ en diferentes sitios de Internet.

Un par de textos que deben leerse son los siguientes: 
Aprende a amar a tus padres aceptando con serenidad su vejez.
Todo hijo es padre de su hijo


¿QUÉ SE SIENTE AL SER VIEJA?
(Texto anónimo)

El otro día, una persona joven me preguntó: -¿Qué sentía al ser vieja?-

Me sorprendió mucho la pregunta, ya que no me consideraba vieja. Cuando vio mi reacción, inmediatamente se apenó, pero le expliqué que era una pregunta interesante. Y después de reflexionar, concluí que hacerse viejo es un regalo.


A veces me sorprendo de la persona que vive en mi espejo. Pero no me preocupo por esas cosas mucho tiempo. Yo no cambiaría todo lo que tengo por unas canas menos y un estómago plano. No me regaño por no hacer la cama, o por comer algunas "cositas" de más. Estoy en mi derecho de ser un poco desordenada, ser extravagante y pasar horas contemplando mis flores.

He visto algunos queridos amigos irse de este mundo antes de haber disfrutado la libertad que viene con hacerse viejo. -¿A quién le interesa si elijo leer o jugar en la computadora hasta las 4 de la mañana y después dormir hasta quien sabe qué hora?- Bailaré conmigo al ritmo de los 50's y 60's. Y si después deseo llorar por algún amor perdido... ¡Lo haré! Caminaré por la playa con un traje de baño que se estira sobre el cuerpo regordete y haré un clavado en las olas dejándome ir, a pesar de las miradas de compasión de las que usan bikini. Ellas también se harán viejas,… si tienen suerte...


Es verdad que a través de los años mi corazón ha sufrido por la pérdida de un ser querido, por el dolor de un niño, o por ver morir una mascota. Pero es el sufrimiento lo que nos da fuerza y nos hace crecer. Un corazón que no se ha roto, es estéril y nunca sabrá de la felicidad de ser imperfecto. Me siento orgullosa por haber vivido lo suficiente como para que mis cabellos se vuelvan grises y por conservar la sonrisa de mi juventud, antes de que aparezcan los surcos profundos en mi cara.

Ahora bien, para responder la pregunta con sinceridad, puedo decir: -¡Me gusta ser vieja, porque la vejez me hace más sabia, más libre!-. Sé que no voy a vivir para siempre, pero mientras esté aquí, voy a vivir según mis propias leyes, las de mi corazón. No pienso lamentarme por lo que no fue, ni preocuparme por lo que será. El tiempo que quede, simplemente amaré la vida como lo hice hasta hoy, el resto se lo dejo a Dios.

                                                          (Anónimo) 

El texto, con algunas variantes puede encontrarse en los siguientes vínculos. 
¿Qué se siente al ser viejo?

Un texto académico que complemente a esta lectura está aquí:
Llegar a viejo, ser viejo, sentirse viejo. Cuestión de actitud.

Ser viejo. El fenómeno de la nueva ancianidad bajo la óptica de la filosofía y la sociología modernas. Por qué la vejez dejó de ser sinónimo de autoridad y sabiduría. Un ensayo de Diana Cohen Agrest sobre los cambios culturales que afectan a la tercera edad. 


Fin de la publicación. 

martes, 13 de marzo de 2018

HE APRENDIDO


Este texto lo compartió mi admirada amiga y colega Juanita Mata Castilleja, su autor es Andy Rooney y como tal lo comparto. 

HE APRENDIDO
I’VE LEARNED
By: Andy Rooney

He aprendido...Que el mejor salón de clases en el mundo está en los pies de personas de avanzada edad.

He aprendido...Que cuando estás enamorado, se demuestra.

He aprendido...Que con que una persona me diga “Me alegraste el día” me alegra el día.

He aprendido...Que tener un niño que duerme en tus brazos es uno de los sentimientos más pacíficos en el mundo.

He aprendido...Que ser amable es más importante que tener la razón.

He aprendido... Que nunca debes decir “No” al regalo de un niño.

He aprendido...Que siempre puedo orar por una persona cuando no tengo la fuerza para ayudarla de cualquier otra forma.

He aprendido...Que no importa que tan serio te pide la vida que seas, todos necesitamos un amigo con el cual payasear.

He aprendido… Que algunas veces todo lo que una persona necesita es una mano de la cual sostenerse y un corazón para entender.

He aprendido… que el simple paseo con mi padre alrededor de la cuadra en las noches de verano cuando yo era niño hizo maravillas en el adulto que soy.

He aprendido… Que la vida es como un rollo de papel de baño. Entre más se acerca al final, más rápido se va.

He aprendido… Que debemos estar contentos de que Dios no nos de todo lo que pedimos.

He aprendido… Que el dinero no compra la clase.

He aprendido… Que son esas pequeñas y diarias cosas que pasan las que hacen la vida espectacular.

He aprendido… Que bajo todo caparazón o coraza dura se encuentra alguien que quiere ser apreciado y amado.

He aprendido… Que ignorar los hechos no cambia lo hechos.

He aprendido… Que cuando planeas vengarte de alguien, solo estás permitiendo que esa persona continúe lastimándote.

He aprendido… Que es el amor, y no el tiempo, el que cura las heridas.

He aprendido… Que la única manera para mí de crecer como persona es rodeándome de personas más listas que yo.

He aprendido… Que cada persona que conoces merece ser saludada con una sonrisa.

He aprendido… Que nadie es perfecto hasta que te enamoras de esa persona.

He aprendido… Que la vida es dura, pero yo soy más duro.

He aprendido… Que las oportunidades nunca se pierden, alguien más tomará aquellas que dejaste ir.

He aprendido… Que cuando albergas amargura,  la felicidad atracará en otro lugar.

He aprendido… Que deseo haberle dicho a Mamá que la amaba una vez más antes de que se falleciera.

He aprendido… Que uno debe mantener sus palabras suaves y tiernas, porque mañana quizás tendrá que comérselas.

He aprendido… Que una sonrisa es una manera gratuita de mejorar  tu apariencia.

He aprendido… Que cuando tu nieto recién nacido sostiene tu dedo pequeño con su pequeño puño, estás enganchado de por vida.

He aprendido… Que todos quieren vivir en la cima de la montaña, pero toda la felicidad y crecimiento ocurre mientras la estás escalando.

He aprendido… Entre menos tiempo tengo para trabajar, más cosas hago.

I’ve learned…. That the best classroom in the world is at the feet of an elderly person.

I’ve learned…. That when you’re in love, it shows.

I’ve learned…. That just one person saying to me, ‘You’ve made my day!’ makes my day.

I’ve learned…. That having a child fall asleep in your arms is one of the most peaceful feelings in the world.

I’ve learned…. That being kind is more important than being right.

I’ve learned…. That you should never say no to a gift from a child.

I’ve learned…. That I can always pray for someone when I don’t have the strength to help him in some other way.


I’ve learned…. That no matter how serious your life requires you to be, everyone needs a friend to act goofy with.


I’ve learned…. That sometimes all a person needs is a hand to hold and a heart to understand.


I’ve learned…. That simple walks with my father around the block on summer nights when I was a child did wonders for me as an adult.


I’ve learned…. That life is like a roll of toilet paper. The closer it gets to the end, the faster it goes.

I’ve learned…. That we should be glad God doesn’t give us everything we ask for.

I’ve learned…. That money doesn’t buy class.

I’ve learned…. That it’s those small daily happenings that make life so spectacular.

I’ve learned… That under everyone’s hard shell is someone who wants to be appreciated and loved.

I’ve learned…. That to ignore the facts does not change the facts.

I’ve learned…. That when you plan to get even with someone, you are only letting that person continue to hurt you.


I’ve learned…. That love, not time, heals all wounds.

I’ve learned…. That the easiest way for me to grow as a person is to surround myself with people smarter than I am.


I’ve learned…. That everyone you meet deserves to be greeted with a smile.


I’ve learned…. That no one is perfect until you fall in love with them.

I’ve learned… That life is tough, but I’m tougher.

I’ve learned…. That opportunities are never lost; someone will take the ones you miss.

I’ve learned…. That when you harbor bitterness, happiness will dock elsewhere.

I’ve learned…. That I wish I could have told my Mom that I love her one more time before she passed away.

I’ve learned…. That one should keep his words both soft and tender, because tomorrow he may have to eat them.

I’ve learned…. That a smile is an inexpensive way to improve your looks.

I’ve learned…. That when your newly born grandchild holds your little finger in his little fist, that you’re hooked for life.


I’ve learned…. That everyone wants to live on top of the mountain, but all the happiness and growth occurs while you’re climbing it.

I’ve learned…. That the less time I have to work with, the more things I get done.