viernes, 28 de febrero de 2020

CUANDO MUERAS, NO TE PREOCUPES

Este escrito circula en la red con algunas variaciones, en ninguna de las publicaciones he encontrado el autor así que el crédito queda pendiente... es una manera práctica de pensar sobre la muerte; ideas que comparto. 


CUANDO MUERAS, NO TE PREOCUPES

Cuando mueras, no te preocupes por tu cuerpo porque tus parientes cuidarán lo que sea necesario de  acuerdo a sus posibilidades.

Ellos te van a quitar la ropa, te van a lavar, te van a vestir., te van a sacar de tu casa (deja los papeles en regla, si no se matarán entre ellos), te van a llevar a tu nueva dirección.
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Muchos vendrán a “despedirse” de ti en tu funeral, algunos cancelarán sus compromisos y hasta faltarán al trabajo a causa de tu fallecimiento. Llorarán y dirán que les haces mucha falta aunque la mayoría de ellos nunca lo hicieron ni te lo dijeron mientras estabas con vida.

Tus pertenencias, (tus llaves, tus libros, tus discos, tus maletas, tus zapatos, tu auto, tu sonido, tu ropa…) hasta aquello que no te gustaba ni prestar, serán quemadas; echadas fuera sin la menor ceremonia, y alguien conservará lo que tenga un poco más de valor, o si tu familia es solidaria e inteligente, los donará a la caridad para que puedan ser de algún beneficio.

Ten por seguro que el mundo no se detendrá para llorar por ti.

La economía continuará, en tu trabajo serás reemplazado por otra persona. Alguien con las mismas o mejores capacidades, tomará tu lugar.

Tus bienes irán a tus herederos… y no dudes que seguirás siendo citado, juzgado, cuestionado, criticado por las pequeñas y grandes cosas que en vida hiciste.

Habrá tres tipos de “luto” sobre ti:
Las personas que te conocían solo por tu semblante dirán: ¡Pobre, era buena persona! O quizá. “Se la pasaba muy bien”
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Tus amigos sinceros van a llorar por ti algunas horas o algunos días, pero luego regresarán a la risa.

Los amigos que te jalaban a las pachangas se olvidarán de ti más rápido.

Tus animales se acostumbrarán al nuevo dueño.

Tus fotos, por algún tiempo quedarán colgadas en la pared o seguirán sobre algún mueble, pero luego serán guardadas en el fondo de un cajón.

Alguien más se sentará en tu sofá y comerá en tu mesa.

El dolor profundo en tu casa durará una semana, dos, un mes o dos, un año, dos…. Después quedarás añadido a los recuerdos y, entonces, tu historia terminó.

Terminó entre la gente, terminó aquí, terminó en este mundo. Pero comienza tu historia en tu nueva realidad… en tu vida después de la muerte. Tú vida a donde no te pudiste mudar con las cosas de aquí, porque además, al irte, perdieron el valor que tenían: cuerpo, belleza, apariencia, apellido, crédito, estado, posición social, cuenta bancaria, casa, coche, profesión, títulos, medallas, diplomas, trofeos, amigos, lugares, cónyuge, familia…

En tu nueva vida solo necesitarás tu espíritu. Y el valor que hayas acumulado aquí será la única fortuna con la que contarás allá. Esa fortuna es la única que te llevarás y se amasa durante el tiempo que estás aquí. Cuando vives una vida de amor hacia los demás y en paz con el prójimo estás amasando tu fortuna espiritual.

Por eso intenta vivir plenamente y sé feliz mientras estás aquí, porque, como dijo Francisco de Asís: De aquí no te llevarás lo que tienes, solo te llevarás lo que diste.
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FIN

Un texto complementario se llama: La gente muere... está allí para su reflexión.