CUANDO UNO DE LOS DOS FALLECE
junio de 2022
En realidad no sé cual sea el título de esta publicación que encontré en el muro de Mario Melo, así que coloqué este título mientras encuentro el verdadero o uno que refleje con mayor precisión el contenido.
Mis padres vivieron 55 años casados. Una mañana mi mamá bajaba las escaleras para prepararle a papá el desayuno, sufrió un infarto y cayó. Mi padre la levantó como pudo y, casi a rastras, la subió a la camioneta. A toda velocidad, sin respetar semáforos, la condujo al hospital. Cuando llegó, por desgracia, ya había fallecido.
Durante el sepelio mi padre no habló; su mirada estaba perdida. Casi no lloró.
Esa noche sus hijos nos reunimos con él. En un ambiente de dolor y nostalgia, recordamos hermosas anécdotas y él pidió a mi hermano, teólogo, que le dijera donde estaría mamá en ese momento. Mi hermano comenzó a hablar de la vida después de la muerte, y de conjeturas de cómo y dónde estaría ella.
Mi padre escuchaba con atención. De pronto pidió que lo lleváramos al cementerio. ¡Papá!, respondimos, ¡Son las 11 de la noche, no podemos ir al cementerio ahora!
Alzó la voz, y con una mirada vidriosa dijo: No discutan con el hombre que acaba de perder a la que fue su esposa por 55 años.
Se produjo un momento de respetuoso silencio, no discutimos más. Fuimos al cementerio, pedimos permiso al velador. Con una linterna llegamos a la tumba. Mi padre la acarició, oró y nos dijo a sus hijos que veíamos la escena conmovidos: Fueron 55 años... ¿saben? Nadie puede hablar del amor verdadero si no tiene idea de lo que es compartir la vida con una mujer. Hizo una pausa, se limpió la cara y continuó: Ella y yo estuvimos juntos en aquella crisis. Cambié de empleo... continuó, hicimos el equipaje cuando vendimos la casa y nos mudamos de ciudad. Compartimos la alegría de ver a nuestros hijos terminar sus carreras, lloramos uno al lao del otro la partida de los seres queridos, oramos juntos en la sala de espera de algunos hospitales, nos apoyamos en el dolor, nos abrazamos en cada navidad y perdonamos nuestros errores. Hijos, ahora se ha ido, y estoy contento, ¿saben por qué? Porque se fue antes que yo. Ella no tuvo que vivir la agonía y el dolor de enterrarme, de quedarse sola después de mi partida. Seré yo quien pase por eso y le doy gracias a Dios. La amo tanto, que no me hubiera gustado que sufriera...
Cuando mi padre terminó de hablar, mis hermanos y yo teníamos el rostro empapado en lágrimas. Lo abrazamos y él nos consoló: Todo está bien, podemos irnos a casa; ha sido un buen día.
Esa noche entendí lo que es el verdadero amor, dista mucho del romanticismo, no tiene que ver demasiado con el erotismo, ni con el sexo; más bien se vincula al trabajo, al complemento, al cuidado, y al respeto que se profesan dos personas realmente comprometidas - ese es el verdadero amor -.
WHEN I GO
When
I go don’t learn to live without
me, just learn to live with my
love in a different way.
And if you need to see me, close your eyes or look in your shadow when the sun shines.
I’m there.
Sit with me in the quiet
and you will know that I did not leave.
There is no leaving when a
soul is blended with another
When I go don’t learn to live without
me just learn to look for me
in the moments.
I will be there. |
CUANDO ME VAYA
Cuando me vaya no aprendas a vivir sin mi, aprende a vivir con mi amor de un modo distinto.
Y si necesitas verme, cierra tus ojos o busca en tu sombra cuando el sol brille
Ahí estoy.
Siéntate conmigo en el silencio y
sabrás que no me fui.
No hay partida cuando un alma se mezcla con otra.
Cuando me vaya no aprendas a vivir sin mi aprende a buscarme en los momentos.
Ahí estaré. |