lunes, 8 de febrero de 2021

LA PÉRDIDA DE LOS PADRES. Nuestro segundo nacimiento

 Esta es una publicación que encontré en el vasto espacio del Internet, firmada por alguien que se hace llamar Maitena. 

al final encontrará algunos vínculos hacia otras publicaciones de contenido similar que complementarán el sentimiento que ésta despierte en su espíritu. 

1960


LA PÉRDIDA DE NUESTROS PADRES.

Tan doloroso como muchas de las veces natural, la pérdida de los padres en el hombre lo deja siempre con un sentimiento de indefensión, ya que son ellos siempre nuestros más solidarios e incondicionales protectores, aquellos de quienes tenemos la idea nunca nos abandonarán y estarán siempre de nuestro lado.

 

Y cuando llega el desprendimiento, llega con él una sensación de soledad muchas de las veces acompañada de deuda, porque ¿Quién no está en deuda con ellos? nos cuestionamos enseguida lo que pudimos haber hecho de más, nuestra correspondencia y agradecimiento y ¿por qué no?, también algunos reclamos naturales en nuestra crianza.


 

Esa es la primera parte del duelo, el abandono duele más de momento que la ausencia, pero, es esto una ley natural en el mejor de los casos, habrá que dejar de ser "hijo" para asumir nuestro propio papel como individuos y luego entonces y en su caso, como padres. Tal vez no se nota, pero quien tiene el privilegio de tener a sus padres, no asume en su totalidad su independencia y esto es, la mayoría de las veces un plus en la vida.

 

Habría que reflexionar para entender que la misión de la paternidad es producir frutos, para luego soltarlos y ofrecerlos al mundo, solo estando en ese papel entenderemos que ningún padre desea el dolor de sus hijos y que ninguno tampoco, elegiría llevarse resentimientos con ellos, que el perdón va implícito en el cuidado que han puesto en nosotros. Entendiéndolo así sanamos más fácilmente nuestras culpas u omisiones, porque un padre sabe también, lo que fue ser hijo y el egoísmo que necesariamente lo envuelve, porque debe buscar su libertad y hacerle frente a sus decisiones, muchas veces no es abandono sino responsabilidad y los padres saben ver las intenciones muy por encima de las acciones, es por eso que nos son indispensables.

 

Sin embargo es necesario recordar, no solo lo que les debemos, también lo que fueron por sí mismos, sus risas, sus logros, sus aventuras, sus motivos y sus complicidades, así estarán los recuerdos completos.

 

Para lidiar con el aparente abandono, debemos entender entonces que fue necesario para nuestro crecimiento, que en medio del dolor nos están regalando nuestro protagónico en la vida y la libertad de acción; es un segundo parto que nos permitirá continuar o reformar el camino andado por ellos y su ausencia provocará al tiempo, el reacomodo necesario en las familias, donde siendo tal vez uno de los hijos que daba problemas, ahora nos podamos convertir en aquel que los comienza a resolver.

 

El dolor de la ausencia es tan necesario como inevitable, pues nos lleva a entender, a honrar y continuar esos ejemplos de amor desinteresado; la ausencia del padre nos lleva a volver a ser para nuestra vida o nuestros hijos, ese brazo fuerte, constante y en muchos casos austero y desarraigado para hacer frente a los necesarios cambios de la vida; y la ausencia de la madre, nos deja con el deseo de volver a construir un hogar, basado en la tolerancia, la unión y el cariño siempre prudente de la nuestra.

 

Regalemos a ambos la satisfacción del trabajo cumplido y el afianzamiento en libertad de nuestras raíces, al tiempo ambos se instalan como parte de nuestra conciencia en el corazón, de donde nunca más se van, es su esencia más que su persona la que queda en nosotros, la que sigue haciéndonos fuertes y susurrando suavemente. "sigue adelante, que voy siempre delante de ti, abriéndote camino, el más hermoso el que se labra con y por amor".

 


El viento sopla donde quiere y tú oyes su voz; pero nadie sabe de donde viene ni a donde va.

El que ha nacido por segunda vez se parece a un manantial viviente del que fluye agua pura y en cuyas riberas vienen a instalarse plantas, animales, hombres. Su religión es la verdadera religión del amor divino y de la sabiduría divina, aquél que ha nacido por segunda vez entiende la lección de las abejas...

Aquí hay otros textos similares.

Cuando se cierra la casa de los abuelos

Padre de tus padres.

Aprende a amar a tus padres aceptando con serenidad su vejez.

Todo hijo es padre de sus padres.

Cuando yo ya no pueda.

 

martes, 2 de febrero de 2021

HABLAR y CALLAR

 Atribuído a Diógenes, el siguiente texto puede encontrarse en numerosos sitios de Internet; de ahí he recogido distintas versiones y completé esta que escribo a continuación. 


HABLAR Y CALLAR

Callar miserias humanas es caridad.

Hablar oportunamente es acierto.

Callar a tiempo es prudencia.

Hablar ante una injusticia es valentía.

Callar ~debiendo hablar~ es cobardía, es necedad.

Hablar ~debiendo callar~ es vanidad.

Hablar de sí mismo es vanidad.

Callar de sí mismo es humildad.

Hablar para rectificar es un deber.

Callar palabras inútiles es virtud.

Hablar para defender es compasión, es heroísmo.

Callar ~si lo que vas a decir puede herir~ es heroísmo.

Hablar con sinceridad es rectitud.

Callar defectos ajenos es benevolencia.

Hablar ante un dolor es consolar.

Callar cuando otro habla es delicadeza.

Hablar es fácil, pero callar requiere prudencia y dominio.

Hablar solo cuando sea necesario. Callando es como se aprende a escuchar. Escuchando es como se aprende a hablar y hablando es como se aprende a callar.

Que nuestras palabras sean más importantes que el silencio.  

Texto atribuído a Diógenes