La publicación me encantó y tomé haciendo un par de leves modificaciones; la encontré sin título en café, poesía y letras. Yo la titulé

ENVEJECER

Hay que saber hacerse mayor sin miedo...sin añorar el pasado...hay que envejecer con dignidad sin vergüenza...sin pedir permiso...sin hacernos daño.

Hay que asumir que con el tiempo nos salen arrugas, no solo de preocupaciones, también nos salen por haber reído, por disfrutar del sol, del viento, de los viejos amigos y de los buenos ratos.

Hay que aprender a querer bonito y a caminar más despacio, aceptar que ya no eres un niño y aún así,...seguir jugando...

FGarcía.

No es fácil envejecer con gracia; uno tiene que adaptarse a la nueva piel, a la aparición de los nuevos surcos que va dejando la juventud cuando se aleja; uno tiene que rehacerse y amarse diariamente, alimentar la curiosidad y reinventar la risa cuando se avanza por el camino incorrecto; uno tiene que elegir nuevos amigos, no para llenar el espacio que dejan los que transcienden antes que nosotros sino para darse cuenta que la vidas tiene muchas maneras de vivirla... Uno tiene que aprender a envejecer, no es fácil pero la alternativa es morir... y yo aún tengo pendientes por atender-. 

Y mientras nos acercamos al final de nuestro ciclo hemos de agradecer a los que comprenden lo torpe y/o lento de nuestros pasos; a los que valoran el esfuerzo que nuestro disminuído oído hace por escuchar lo que ellos dicen.
        Uno ha de bendecir a los que, por momentos, amablemente se detienen para charlar con uno y a los que comprenden las fallas de nuestra memoria y escuchan con una leve sonrisa la historia muchas veces repetida:
        Sean para siempre benditos los que con su respeto y amabilidad nos permiten esperar tranquilos el día de nuestro regreso a casa.