El título y el texto son adaptación personal de una publicación en la página de café y algo más.
PARA QUE ESPERAR
Un día – mamá, papá – cuando el eco de sus risas y sus charlas sea solo un recuerdo y el calor de sus abrazos un anhelo imposible, advertiré lo amorosos que son, escucharé sus risas, sentiré sus manos, atenderé sus oraciones y abrazaré su calor. El tiempo, siempre voraz y silencioso, se llevará con él esos momentos que, por comunes y cotidianos, pasan inadvertidos. Y un día, cuando cruce el umbral de la casa que ustedes convirtieron en hogar, el silencio será el recordatorio de que las cosas que parecen ser simples son, en realidad, los mayores tesoros.Y no, no quiero esperar al día en que mire hacia atrás con nostalgia y arrepentimiento deseando haberles dado más tiempo y mas abrazos; ahora escucho con atención sus consejos, recibo con humildad sus bendiciones, guardo con celo sus abrazos y ya no dejo pa’ después una llamada para dejarles saber que los amo y estoy siempre para ustedes. El después es un lujo que no siempre el tiempo nos concede.
Y cuando sea el final del tiempo en esta vida, [el de ustedes o el mío- el que llegue primero] confirmaré mi gratitud al Padre porque a través de ustedes me expresó su amor.
Fin de la publicación
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