Que bonita la gente feliz y que hace feliz a quien tiene a su alrededor.
Muchas veces las vivencias tanto buenas o malas nos van cambiando, a veces para mal, porque nos vamos alejando, vamos cerrando puertas, nos volvemos demasiado selectivos, a veces tanto que no nos damos cuente que nos relegamos a nosotros mismos del mundo, cerramos puertas, cerramos el corazón y así llega un tipo de soledad nada bueno y algo enfermizo.
No podemos llegar a ese punto, hay que buscar un equilibrio en la vida, dejar volar al corazón y al pensamiento libre de aquel dolor, libre de aquel sufrimiento, libre de aquella mala experiencia; no dejes enclaustrados los sentimientos bonitos, tu esencia, ya sea por temor, por rencor o porque alguien te falló y ese alguien no son todos.
Hoy regala tu mejor sonrisa, una mirada amable, un cordial saludo, comparte experiencias de vida, disfruta un buen café, una buena plática, mirando a los ojos, poniendo atención a la gente, al sentimiento: sigue construyendo momentos que alimenten tu alma, para que tu vida vuelva a tener el principal motivo de que estar aquí es para pasarla bien y ser feliz.
firmado por SylviaKS
Colaboración de Blanca Luz Delgado Roque.
La alegría de la vida proviene de nuestras nuevas experiencias, por lo tanto no hay mayor alegría que tener un horizonte sin fin para cambiar; que el sol salga de nuevo cada día.
El pensamiento positivo te permitirá utilizar la capacidad que tienes; que es inmensa e impresionante.
Firmado por Henry James
Colaboración de Lorena Ramírez Betancourt
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Si pusiéramos un poquito de voluntad y actitud cuando estamos frente al otro; si pensáramos antes de ofender, de herir, de gritar... Eso no es tan difícil, no se necesita ser universitario para hacerlo, basta con dejar que actúe el corazón, ponerse en el lugar del otro, comprender sus tristezas, su deseo de ser escuchado.
Si pudiéramos ver cuando -sin estirar la mano - están pidiendo ayuda.
Cuando das sin que te pidan, cuando ayudas sin buscar retribución, el corazón se siente distinto... Uno se siente distinto.
Sin firma.
Colaboración de Martín Alejandro Vázquez Eguía.
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La gente que aparece en nuestra vida y
con la que estamos de acuerdo y compartimos intereses similares, fáciles de
aceptar, nos enseña muy poco. Pero aquellos otros, capaces de sacarnos de
quicio y encolerizar a la menor provocación son nuestros verdaderos maestros.
La persona que realmente puede
perturbar tu estado de paz es aquella que te recuerda que no te encuentras
verdaderamente en el estado de paz o iluminación que brota de la confianza. En ese
momento, esta persona se convierte en tu mejor maestro, y es a ella a quien
debieras dar las gracias, y a Dios, por haberla enviado a tu vida.
Cuando llegue el día en que puedas
trascender la cólera, la rabia y la alteración que esa persona parece provocar,
y decirle: Gracias por ser mi maestro”, habrás reconocido a un compañero del
alma.
Todo aquel que aparezca en tu vida y
pueda sacarte de quicio y hacerte sentir frenético es un maestro disfrazado de
ser manipulador, desconsiderado, frustrante y no comprensivo. Te permiten saber
día a día cuanto trabajo te queda realmente por hacer; y en qué aspectos no has
logrado aún dominarte a ti mismo.
Firmado por Wayne Dyer.
Colaboración de Lorena Ramírez
Betancourt
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