miércoles, 25 de noviembre de 2020

EL VALOR DE LAS PEQUEÑAS COSAS.

En realidad no sé si ese sea el título pues lo encontré en Internet así, sin título. 

 
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Cierto hombre susurró: Dios háblame... y el árbol cantó, pero el hombre no oía. 
Habló más fuerte, ¡Dios, háblame! y un rayo cruzó el cielo; pero el hombre no escuchó.
Miró a su alrededor y dijo: ¡Dios, permite que te vea! y una estrella se iluminó con gran resplandor... Pero el hombre no la vio. 
Entonces gritó: ¡Dios, muéstrame un milagro! Y en ese momento nació un niño... Pero el hombre no se dio cuenta. 
Luego pidió a gritos, con desesperación ¡Dios, haz algo, hazme saber que estás aquí! En ese instante, Dios hizo que una mariposa se posase sobre su hombro... pero el hombre la espantó y continuo su camino... 

No pierdas la bendición de observar cosas pequeñas que ocurren a tu alrededor; si te detienes, podrás observar a Dios mostrándose en tu vida.


La vida está hecha de pequeñas cosas y breves momentos; la felicidad la encontraremos si sabemos apreciarlas y valorarlas. 


Tú eres la bendición de alguien, y probablemente muchas veces has dicho lo correcto en el momento adecuado, sin siquiera darte cuenta que eso era lo que querían escuchar. Has ofrecido tu sonrisa cuando alguien más se sentía solo y con aliviaste su dolor. Has sido el amigo de alguien, su recurso, su campeón, su espacio seguro, su inspiración y su esperanza.

 

Sin saberlo [o con toda intención], eres de esas personas que dicen “no tener nada que ofrecer” pero compartes momentos de felicidad, ofreces paz, sonríes, das amor… y eso es lo mejor que puede ofrecerse a alguien.

Somos las huellas que dejamos, lo que amamos, lo que soltamos; somos lo que aprendemos con lo que la vida nos regala, un conjunto de experiencias buenas y no tan buenas.

Somos lo que hemos decidido ser, aunque siempre existe la posibilidad de ser una mejor versión propia.

 

Siempre que puedas llevar paz a la vida de alguien, hazlo. Ya hay demasiado caos en la vida, demasiada gente haciendo daño y lastimando.

Siempre que tengas la oportunidad de ser amable, hacer el bien, escuchar, hacer reír, no lo dudes y hazlo.

Que tu huella en los caminos de la vida sea siempre en positivo.




jueves, 29 de octubre de 2020

LA MUERTE NO ES EL FINAL

 El texto siguiente se atribuye a Agustín de Hipona


LA MUERTE NO ES EL FINAL

La muerte no es nada, solo he pasado a la habitación de al lado.

Yo soy yo, vosotros sois vosotros.

Lo que somo unos para los otros seguimos siéndolo.

Dadme el nombre que siempre me habéis dado. Hablad de mi como siempre lo habéis hecho. No uséis un tono diferente.

No toméis un aire solemne y triste.

Seguid riendo de lo que nos hacía reír juntos. Rezad, sonreid, pensad en mí.

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Que mi nombre sea pronunciado como siempre lo ha sido, sin énfasis de ninguna clase, sin señal de sombra.

La vida es lo que siempre ha sido. El hilo no se ha cortado.

¿Por qué estaría yo fuera de vuestra mente? ¿Simplemente porque estoy fuera de vuestra vista? Os espero, no estoy lejos, solo al otro lado del camino.

¿Veis? Todo está bien.

No lloréis si me amabais ¡Si conocieras el don de Dios y lo que es el cielo! ¡Si pudierais oír el cántico de los ángeles y verme en medio de ellos! ¡Si pudierais ver con vuestros ojos los horizontes, los campos eternos y los nuevos senderos que atravieso! ¡Si por un instante pudierais contemplar como yo la belleza ante la cual todas las bellezas palidecen!

Creedme: Cuando la muerte venga a romper vuestras ligaduras como ha roto las que a mi me encadenaban, y cuando un día que Dios ha fijado y conoce, vuestra alma venga a este Cielo en que os ha precedido la mía, ese día volveréis a ver a aquel que os amaba y que siempre os ama y encontraréis su corazón con todas sus ternuras purificadas.

Volveréis a verme, pero transfigurado y feliz, no ya esperando la muerte, sino avanzando con vosotros por los senderos nuevos de la Luz y de la Vida, bebiendo con embriaguez a los pies de Dios un néctar del cual nadie se saciará jamás. 

Atribuído a San Agustín de Hipona



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domingo, 6 de septiembre de 2020

LOS REGALOS NO HABLAN lectura para el día del Padre.

Navegando en Internet encontré en Trova y Poesía este texto que invita a la reflexión sobre el vínculo que une a un padre con su hijo y como se convierte en el mejor regalo que se puede desear. Créditos a quien corresponda. 


LOS REGALOS NO HABLAN 


Sentado a la entrada del granero, desgranaba mazorcas un campesino. Hasta ahí llegó su pequeño hijo y preguntó - Tata, ¿Le ayudo?  Sin levantar la vista el papá contestó con preguntas: -- ¿Ya hizo su tarea? -- Sí, tata -- ¿Metió los chivos? -- Sí, tata -- ¿Recogió los huevos? -- Si, tata. Tres canastas -- ¿Acarreó el agua? -- Sí, tata. Llené tres baldes. --¿Llevó la leña que corté a su mamá? -- Sí, tatá. Dos viajes de burro. -- está bueno, ándele pues, desgrane. 


Sentado y en silencio el niño comenzó a desgranar. Casi terminaban y el pequeño preguntó: Tata, ¿me da permiso de hablar con usted? -- Claro m'ijo ¿Para qué soy bueno?  El niño le dijo con tristeza: -- Tata, es que mi amigo Remigio le regaló a su tatá una camisa linda. --- ¡Mmmhh! ¿El que no ayuda en nada a sus tatas? -- Sí tata, ese. -- ¿Huum! ¿Y luego? -- Mi amigo Jacinto le dió a su tata un sombrero de piel negra, muy bonito. --¡Humm! ¿El que no lleva tareas?  --Sí tata, ese. --Humm ¿Y luego? -- Toribio le regaló a su tata unos zapatos de piel. --¿Huum! ¿El que lo agarraron robando huevos? -- Sí tata, ese. Y así, el niño le fue diciendo lo que sus amigos habían comprado a sus papás. 


Al final el papá preguntó: -- ¿Y cuál es la preocupación, m'ijo? -- Es que yo estuve juntando para darle un regalo a usted, pero al cruzar por el puente colgante se me cayó al río la bolsita con el dinero y pues, no tengo para su regalo. -- ¿Y eso le preocupa, m'ijo?  -- Sí tata, porque hoy es día del tata y yo quería darle a usted un regalo. 



Aquel hombre, de manos duras y piel tostada por el sol, se levantó el sombrero, rascándose un costado de la cabeza dijo: --Despreocupese m'ijo, los regalos no hablan, no obedecen, no ayudan, se desgastan y se tiran; yo noy su tata porque usted me dé un regalo, ¡No!... tata lo soy porque lo tengo a usted. ¿Para qué quiero regalos? ... Yo le aseguro que todos esos tatas quisieran tener un hijo así como usted: obediente, respetuoso, cariñoso; pero no lo tienen, ¡lo tengo yo y es mío! y no lo tengo por un día, lo tengo por muchos años. ¿Para que quiero regalo de un día si usted es mi mejor regalo?


El niño, conmovido, se acercó y lo abrazó. Empezó a llorar diciendo: -- Tata, tata, gracias por ser mi tata. -- No m'ijito, gracias a usted por ser m'ijo. 

FIN.



martes, 7 de julio de 2020

¿QUE PUEDO HACER EN AISLAMIENTO?

Estas publicaciones son fáciles de encontrar en Internet; las elegí por que su contenido invita a reflexionar sobre el inmenso potencial de la soledad; la soledad madura del hombre libre, que no depende de nada ni de nadie; no de esa soledad del aislamiento, que llega con la desesperación, la tristeza y la separación de todo y de todos. 


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   Maestro: ¿Cómo puedo enfrentar el aislamiento?

   Limpia tu casa. A fondo. En todos los rincones, incluso  los que nunca tuviste ganas, ni coraje ni paciencia de tocar. Haz que tu casa sea brillante y cuidada. Quita el polvo, las telarañas, las impurezas; incluso las más ocultas. Tu casa te representa a ti mismo, si cuidas de ella también te cuidas.

    Maestro; pero el tiempo es largo. Después de cuidar de mí a través de mi casa, ¿Cómo puedo vivir el aislamiento?

   Arregla lo que se pueda arreglar y elimina lo que ya no necesitas. Dedícate al remiendo, arregla las bastillas de tus pantalones, cose los deshilachados de tus vestidos, restaura un mueble, repara todo lo que vale la pena reparar. El resto, tíralo con gratitud y con conciencia de que su ciclo ha terminado. Arreglar y eliminar fuera de ti permite arreglar o eliminar lo que hay dentro de ti.

   Maestro ¿y luego, qué? ¿Qué puedo hacer todo el tiempo solo?

   Siembra, incluso una semilla en un jarrón. Cuida una planta, riégala todos los días, háblales, dale un nombre, quita las hojas secas y las malas hierbas que puedan asfixiarla y robarle energía vital, preciosa. Es una forma de cuidar tus semillas interiores, tus deseos, tus intenciones, tus ideales.

   Maestro, ¿Y si el vació viene a visitarme? ¿si llegan el miedo a la enfermedad y  a la muerte?

   Háblales, prepara la mesa para ellos también, reserva un lugar para cada uno de tus temores; invítales a cenar contigo. Y pregúntales por qué llegaron desde tan lejos hasta tu casa. Qué mensaje quieren traerte, que quieren comunicarte.

   Maestro, no creo que pueda hacer todo eso que tú me pides.

   No es el aislamiento tu problema sino el miedo a enfrentar tus dragones interiores, esos que siempre quisiste alejar de ti. Ahora no puedes huir. Míralos a los ojo, escúchalos y descubrirás que te pusieron contra la pared, te han aislado para poder hablar contigo como las semillas que solo pueden brotar si están solas.

Si no te gusta donde ahora estás es porque tú elegiste estar así y nunca quisiste verlo; ahora es momento de cambiar lo que no te gusta. Tú eliges.
   Master, how can I face isolation?

   Clean your house. Deep down! In every corner, even the ones that you never felt the courage and patience to clean up. Make your home bright and well cared for. Remove dust, spider webs, impurities. Even in the most hidden place. Your home represents yourself, take care of it, too.

   Master, but time is long. After taking care of myself and my home, how can I live the isolation?

   Fix what can be fixed and remove what you don´t need anymore. Dedicate yourself to the patchwork quilt, sew the start of the pants, sew the worn edges of the dresses, restore a piece of furniture, fix everything that is worth repairing. The rest, throw it away, with gratitude and with the consciousness that your cycle is over. Fixing and removing what’s outside of you allows you to correct or remove what’s inside.

   Master and then what? What can I do all the time by myself?

   Sow! Even a small seed in a vase. Take care of a plant, water it every day, talk to it, give it a name, remove the dry leaves and the weeds that can choke it and steal precious life energy. It’s a way to take care of your inner seeds, your desires, your intentions, your ideals.

   Master, what if the void comes to visit me? If the fear of sickness and death comes?  

   Talk to them. Prepare the table for them, too, reserve a place for each of your fears. Invite them to dinner with you, and ask them why they came so far to your house. What’s the message they want to bring you, what they want to communicate to you.

   Master, I don’t think I can do that…

   Your question is not to isolate the problems, but the fear of facing your internal dragons, the ones you always wanted to get away from you. Now you can´t run away. Look in their eyes, listen and you’ll find out that they put you against the wall. They isolated you so they could talk to you. Like the seeds that can only sprout if they are alone.

(original post from Zen Toyo)

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viernes, 15 de mayo de 2020

TE DESEO TIEMPO

Este maravilloso poema es de la autoría de la alemana Elli Michler; yo lo he tomado del la página de cultura inquieta y he agregado un enlace a la biografía de la autora... 

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TE DESEO TIEMPO


No te deseo un regalo cualquiera,
Te deseo aquello que la mayoría no tiene:

Te deseo tiempo para reír y divertirte,
Si lo usas adecuadamente podrás obtener de él lo que quieras.

Te deseo tiempo para tu quehacer y tu pensar,
No solo para ti mismo sino también para dedicárselo a lo demás.

Te deseo tiempo no para apurarte y andar con prisas
Sino para que siempre estés contento.

Te deseo tiempo, no solo para que transcurra
Sino para que te quede tiempo para asombrarte y tiempo para tener confianza y no solo para que veas lo veas en el reloj.

Te deseo tiempo para que toques las estrellas,
Y tiempo para crecer, para madurar, para ser tú.

Te deseo tiempo, para tener esperanza otra vez,
Y para amar, no tiene sentido añorar.

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Te deseo tiempo para que te encuentres contigo mismo,
Para vivir cada día, cada hora, cada minuto como un regalo.

También te deseo tiempo para perdonar y aceptar.

Te deseo de corazón que tengas tiempo
Para ver la vida y para tu vida.

Elli Michler.

viernes, 1 de mayo de 2020

EL NIÑO QUE QUERÍA ALCANZAR LAS ESTRELLAS

Esta pieza literaria es creación de Iovanny Leyva, un maestro con quien he tenido fortuna de compartir tiempo, profesión y aficiones; profesionista de reconocido prestigio en el puerto de Tuxpan, Ver que en ocasión del día del niño celebra a sus alumnos a distancia <por causa del obligado confinamiento en medio de la pandemia del covid-19>; la reproduzco íntegra y ~para disimular mi incapacidad de usar sus mismas ilustraciones~ agrego algunas que me parecen pertinentes. 
Abril del 2020

EL NIÑO QUE QUERÍA ALCANZAR LAS ESTRELLAS

por: Iovanny Leyva López

Aún floto en el mar de mi mami, siento una paz muy grande y una tranquilidad perfecta, siento su voz a lo lejos y sus manos que a través del líquido me acarician y me hacen sentir su amor. Ella me platica que está viendo la noche estrellada, que eso la hace sentir bien y que pronto podré ver lo mismo que ella y que sentiré esa grandiosidad en mis ojos y en mi espíritu.

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Estoy sentado en el patio en los brazos de mi mamá, en su mecedora, su voz me canta y me adormece; junto vemos esa maravilla de cielo que a las noches acompaña. Las estrellas me encantan, solo soy un bebé, no se expresar lo que siento, solo sé que navego entre las estrellas y me siento como en un sueño que nunca acaba y que me hace feliz; ahora entiendo a mamá porque le gustan tanto, extiendo mis manos y quiero alcanzarlas, sentir su brillo y su belleza en mis manos, pero no puedo.

Ya soy un niño más grande, voy a la escuela, después de hacer mis deberes en la tarde y de ayudar a mamá en sus labores, me recuesto en el pasto y siento su frescura; observo el cielo y las estrellas en esas noches que parece que el cielo es infinito, me divierto encontrando siluetas, y me imagino muchos viajes que haría, he visto al fondo de su luminosidad aparece el rostro de una mujer que nos cuida y que se parece mucho a mi mamá.

He crecido aún más, soy un adolescente, entre las tareas y mis ocupaciones ya casi no observo el cielo, me entretengo más jugando videojuegos y chateando con mis amigos, el cielo y sus estrellas, ya no son tan divertidos…

Hoy estoy triste, ya soy un joven, me encuentro estudiando en la universidad; entre todos mis estudios y actividades no tengo tiempo para mí. Estoy lejos de mi familia, en una ciudad muy grande; el cielo a menudo está contaminado, pero hoy, sorprendentemente, el cielo está despejado, mi tristeza se va despejando, siento una paz interior y me siento cerca de mis padres y hermanos, hace años que no observaba las estrellas y no sentía esa calidez a pesar de la frescura de la noche.

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Ya soy un adulto, hoy nace mi primer hijo, tengo años de no ver las estrellas. En el camino al hospital de la mano de mi esposa, observo ese cielo que de niño me hacía tan feliz, siento que a pesar de mi nerviosismo todo saldrá bien, que lo primero que haré cuando tenga a mi hijo en mis brazos, será enseñarle a ver a las estrellas y platicarle que ahí nos esperan todos los seres que hemos querido y que se nos han adelantado, trascendiendo al cielo y su inmensidad.

Hoy que soy un anciano, me siento todas las noches en el patio de casa y, como cuando bebé, no tengo palabras para poder expresar lo que siento al ver ese cielo estrellado, nuevamente alzo mis manos y quiero alcanzarlas, en mi mente platico con ellas, y les digo pronto seré parte de ustedes y estaremos todos juntos…mis estrellas adoradas.




Para mis alumnos:

No olviden nunca la belleza de las estrellas y su inmensa grandiosidad; cuando los problemas aquejen, véanlas y reflexionen que todo tiene solución; siéntanse cuando sean grandes que esas estrellas los abrazan en su regazo como el tierno abrazo de nuestros padres y el vientre cálido de nuestra madre.

Yo nunca fui tan feliz como cuando niño y veía esas estrellas e imaginaba viajes extraordinarios; nunca sentí tal tranquilidad, nunca dejen de ser niños e imaginarse todo lo que ese cielo nos promete y nos espera.

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Para cuando sean viejos y vuelvan a ser niños, no necesiten de palabras para comunicarse con las estrellas, solo su corazón y su pensamiento; que se den cuenta que, para abrazar las estrellas, solo basta rodearse a sí mismo, pues el cielo y las personas que nos aman, siguen aún dentro de nosotros mismos y que siempre nos acompañan.

Disfruten su niñez, ya habrá tiempo para crecer, dejar de ser tan felices y llenarse de preocupaciones, ustedes los niños, son esas estrellas que han caído del cielo, para estar con nosotros y recordarnos lo que es la felicidad y pureza de corazón.


FELIZ DIA DEL NIÑO… LOS QUIERE Y EXTRAÑA SU PROFE…

FIN

lunes, 27 de abril de 2020

COMO SE AFRONTA EL DOLOR

Este poema circula por las redes y se atribuye a Elena Bernabé; no conozco de su nacionalidad, ni su obra completa pero esta muestra de sensibilidad y buen gusto es exquisita, enternecedora; un "cachito" de filosofía popular que invita a la reflexión. 

Abuela, ¿Cómo se afronta el dolor?



  Abuela, ¿Cómo se afronta el dolor?
  Con las manos, cariño. Si lo haces con la mente, en lugar de aliviar el dolor, éste se endurece aún más.
  ¿Con las manos abuela?
  Sí, nuestras manos son las antenas de nuestra alma. Si las mueves tejiendo, cocinando, pintando, jugando o hundiéndolas en la tierra, envías señales de cuidado a la parte más profunda de ti. Y tu alma se ilumina porque le estás prestando atención. Entonces las señales del dolor ya no serán necesarias.
  ¿Las manos son realmente tan importantes?
  Si hija mía. Piensa en los bebés: comienzan a conocer el mundo gracias al toque de sus pequeñas manos. Si miras las manos de los viejos, te cuentan más sobre su vida que cualquier otra parte del cuerpo. Todo lo que se hace a mano, se dice que está hecho con el corazón; porque es realmente así; las manos y el corazón están conectados. Los masajistas lo saben bien, cuando tocan el cuerpo de otra persona con sus manos crean una conexión profunda. Es precisamente a partir de ésta conexión que llega la curación. Piensa en los amantes: cuando se tocan las manos hacen el amor de una manera más sublime.
  Mis manos abuela… ¡Cuánto tiempo no las he usado así!
  Muévelas, mi amor, comienza  a crear con ellas y todo dentro de ti se moverá. El dolor no pasará; y en cambio, lo que hagas con ellas, se convertirá en la obra maestra más hermosa. Y ya no dolerá más porque habrás sido capaz de transformar su esencia.

Autora: Bernabé Elena
Traducción: Takiruna

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EN TIEMPOS DE CÓLERA... García Márquez


En tiempos de pandemia; de aislamiento obligado,  “las emociones negativas como el estrés, la fatiga, y el pánico pueden ser tan contagiosas como el nuevo coronavirus[1]”  por eso es tan importante pensar en positivo; mantener reguladas las emociones como lo sugiere este extracto que no se de donde se tomó y erróneamente se atribuye al genial García Márquez en su espléndida obra El amor en tiempos de cólera pero en cuyas páginas no aparece ~me consta porque he vuelto a leerla con la doble intención de disfrutarla nuevamente mientras ubicaba este texto ~ pero no, allí no aparece; ¿o habré leído yo una versión distinta? 



   Capitán, el niño está preocupado y muy incómodo debido a la cuarentena que el puerto nos impuso.
   ¿Qué te preocupa, muchacho? ¿No tienes suficiente comida? ¿No duermes lo suficiente?
   No es eso, Capitán. No puedo soportar no poder desembarcar y abrazar a mi familia.
   Y si te dejan salir del barco y se contaminan, ¿cargarías con la culpa de infectar a alguien que no puede soportar la enfermedad? 
   Nunca me lo perdonaría, pero para mí que inventaron esta plaga.
   Puede ser, pero ¿y si no fue inventado?
   Entiendo lo que quiere decir, pero me siento privado de mi libertad, Capitán, me privaron de algo.
   Y tú te privas aún más de algo. 
   ¿Está jugando conmigo? 
   De alguna forma.
   Si te privas de algo sin responder adecuadamente, habrás perdido.
   "¿Entonces quieres decir, como dices, que si me quitan algo, para ganar debo privarme de otra cosa?
   Exactamente, yo hice cuarentena hace 7 años atrás. 
   ¿Y de qué te tuviste que privar?
   Tuve que esperar más de 20 días en el barco. Había meses en que ansiaba llegar al puerto y disfrutar de la primavera en tierra. Hubo una epidemia. En Porto Abril, se nos prohibió bajar. Los primeros días fueron duros. Me sentí como tú. Pronto comencé a enfrentar esas imposiciones usando la lógica. Sabía que después de 21 días de este comportamiento se crea un hábito, y en lugar de quejarme y crear hábitos desastrosos, comencé a comportarme de manera diferente a los demás.
ü  Empecé con la comida. Me propuse comer la mitad de lo habitual.
ü  Luego comencé a seleccionar los alimentos más digeribles, para no sobrecargar el cuerpo.
ü  Comencé a nutrirme con alimentos que, por tradición histórica, habían mantenido al hombre sano.
ü  El siguiente paso fue agregar a esto una purificación de pensamientos no saludables y tener pensamientos cada vez más elevados y nobles.
ü  Me propuse leer al menos una página cada día de una discusión que no conocía.
ü  Me puse a hacer ejercicios en el puente del barco.
ü  Un viejo hindú me había dicho hace años que el cuerpo mejoraba al retener la respiración. Me puse a respirar profundamente cada mañana. Creo que mis pulmones nunca habían alcanzado tal capacidad y fuerza.
ü  La tarde fue la hora de la oración, el momento de agradecer a una entidad por no haberme dado, como destino, privaciones graves durante toda mi vida.
El hindú también me había aconsejado que tuviera la costumbre de imaginar que la luz entraba en mí y me hacía más fuerte. También podría funcionar para los seres queridos que estaban lejos,
por lo que también integré esta práctica en mi rutina diaria en el barco.

En lugar de pensar en todo lo que no podía hacer, estaba pensando en lo que haría una vez que llegara a tierra firme. Visualizando las escenas de cada día, las vivía intensamente y disfrutaba de la espera.

Todo lo que podemos obtener en seguida, rápido, no es interesante. Esperar sirve para sublimar el deseo y hacerlo más poderoso. Me privé de comidas ricas, botellas de ron y otras delicias. Me habían privado de jugar a las cartas, de dormir mucho, de practicar el ocio, de pensar solamente en lo que me estaban privando.
   ¿Cómo terminó, Capitán? 
   Adquirí todos esos nuevos hábitos. Me dejaron bajar del bote mucho más tarde de lo esperado.
   ¿Te privó de la primavera, entonces?
   Sí, ese año me privaron de la primavera y muchas otras cosas, pero aun así florecí, llevé la primavera dentro de mí y nadie me la puede quitar.

Principio del formulario
Final del formulario
 Estamos frente a una oportunidad de florecer... 
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[1] Delgado Paulette. (2020, 25 de marzo). Inteligencia emocional en tiempos de pandemia. En https://observatorio.tec.mx/edu-news/inteligencia-emocional-en-tiempos-de-pandemia