Este artículo fue publicado en la revista "Mundo joven, la revista juvenil de la División Interamericana SEP01 en la Sección a cargo de la profesora Luz María Aguilera V, analista de sistemas con amplia experiencia en el trabajo con niños y adolescentes. [así está anotado al final del artículo];
Y TÚ, ¿QUÉ CLASE DE ESTUDIANTE ERES?
Las vacaciones de verano llegaron y se fueron más rápido de lo que uno quisiera ¿No es cierto? Seguramente en estos días estas viviendo la emoción o la angustia de los primeros días de clase.
Tus emociones respecto al estudio dependerán de tu actitud; si tienes una actitud realmente positiva y confiada, te felicito pues eso indica que has logrado desarrollar buenos hábitos y los días de escuela no son para ti mayor problema.
Pero si por el contrario, tu actitud es negativa y la escuela te hace sentir angustiado y temeroso, lo más probable es que se deba a tu falta de voluntad y esfuerzo para dedicar todas tus capacidades al estudio.
Generalmente quienes sacan bajas calificaciones no son tontos, y los que sacan los primeros lugares no son los más inteligentes. Lo que sucede es que los primeros son flojos para el estudio y los aplicados se esfuerzan más.
estudiar supone esfuerzo y los escolares deben tener una voluntad fuerte para enfrentarse a la escuela. Si tu en verdad quieres estudiar, habrás dado un paso gigante hacia la mejora de tu rendimiento escolar, y también hacia la mejora de tu carácter y personalidad.
La actitud se refiere a la mentalidad o disposición con la que te enfrentas al estudio. Una actitud responsable lleva a no dejar de lado el estudio para divertirte, ver televisión o hablar por teléfono. Es muy importante que comprendas que hay que divertirse pero no a costa del tiempo que debes dedicar a estudiar. Tendrás que tener disciplina para enfrentarte a tus tareas en vez de evadirte buscando pretextos.
Lo primero, entonces, es que conozcas cuales son tus actitudes hacia el aprendizaje y que tipo de estudiante eres.
Generalmente quienes sacan bajas calificaciones no son tontos, y los que sacan los primeros lugares no son los más inteligentes. Lo que sucede es que los primeros son flojos para el estudio y los aplicados se esfuerzan más.
estudiar supone esfuerzo y los escolares deben tener una voluntad fuerte para enfrentarse a la escuela. Si tu en verdad quieres estudiar, habrás dado un paso gigante hacia la mejora de tu rendimiento escolar, y también hacia la mejora de tu carácter y personalidad.
La actitud hacia el estudio.
La actitud se refiere a la mentalidad o disposición con la que te enfrentas al estudio. Una actitud responsable lleva a no dejar de lado el estudio para divertirte, ver televisión o hablar por teléfono. Es muy importante que comprendas que hay que divertirse pero no a costa del tiempo que debes dedicar a estudiar. Tendrás que tener disciplina para enfrentarte a tus tareas en vez de evadirte buscando pretextos.
Lo primero, entonces, es que conozcas cuales son tus actitudes hacia el aprendizaje y que tipo de estudiante eres.
CLASES DE
ESTUDIANTES
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TIPS SOBRE EL ESTUDIO
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¿Eres
de los que se sienten victimas del estudio?
Estos chicos creen que no
pueden ganar y estudian para perder. Son los que dicen “Voy a estudiar una hora” y solo estudian sin tienen ganas. Si hay
un programa de TV, un videojuego o una plática telefónica con un amigo o
amiga, se olvidan de la escuela con toda tranquilidad. ¿Qué es lo que en el
fondo les impide estudiar? La respuesta es: mucho desorden y poco
autodominio. ¡Ah! Pero si luego las cosas les salen mal y tienen problemas
con sus calificaciones, enseguida se justifican diciendo: “¡es que le caigo mal a la maestra!”, ¡es
que no soy bueno para las matemáticas, ¡no me entran!” “es que el maestro no
explica bien y no le entiendo” y otras excusas en las cuales se sienten víctimas
de las circunstancias.
Si te comportas así, lo mejor es que te des cuenta de que tú
eres el protagonista de tu propio aprendizaje y no una víctima inocente de
tus padres y profesores.
¿O
eres de los que salen a ganar?
Esta es la actitud positiva. En este grupo se encuentran los
alumnos que se proponen superar los obstáculos que seguramente se les
presentarán. La diferencia radica en que están motivados para el éxito. Dicen
“voy a aprender el apunte” y estudian
con sentido del deber, con ganas o sin ganas.
¿Te
bloqueas por la ansiedad?
Aquí se encuentran los chicos y chicas que estudian para no
reprobar. Siempre andan agobiados debido a la ansiedad que les provoca el
miedo de no ser capaces y reprobar. Generalmente esto viene del ambiente
familiar, es decir, sus padres se muestran igualmente ansiosos y piden
resultados a toda costa.
¿Perteneces
al grupo de los sentimentales?
Los chicos así tienden a la visión negativa y pesimista de las
personas y las situaciones. Necesitan que alguien los empuje a estudiar o a
hacer cualquier cosa, ya que son pasivos. Es muy probable que sufran pensando
lo que les puede pasar si reprueban, pero no hacen nada para evitarlo.
¿O
al de los flojos?
Estos son los chicos que, si estudian, lo hacen únicamente
porque no hay más remedio. Estudian sin estudiar, y únicamente lo que les
interesa. Siempre están tratando de evitar las tareas y prefieren divertirse
y perder el tiempo antes que ponerse a estudiar. Aunque parezca mentira, su
meta es aprobar, ay que si no, saben que tendrán problemas con sus padres.
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· Cuando sea
posible, prepara el tema de determinada materia al día siguiente de su
exposición.
· Ten una idea
clara de los objetivos que habrás de alcanzar.
· Antes de
empezar el trabajo siguiente, repasa rápidamente la lección anterior.
· Descubre,
mediante la práctica, si obtienes mayor éxito empezando por la tarea más
difícil o por la más fácil cuando te encuentres frente a varios deberes de
dificultad desigual.
· Diariamente debes
valorar el nivel de importancia de los temas que viste en la escuela. Dedica mayor
esfuerzo a fijar permanentemente aquellos que son fundamentales.
· Evita las
distracciones mientras trabajas, concéntrate intensamente; pero no permitas
que una atención excesiva te confunda o te preocupe.
· Pide ayuda
solo cuando realmente sea necesaria.
· Elabora tus
propios ejemplos de los principios y reglas que te enseñen.
· Cuando desees
dominar un tema extenso y complejo, haz un esquema. Si deseas retener este
material, apréndelo de memoria.
· Acostúmbrate a
repasar mentalmente cada párrafo, tan pronto lo hayas leído.
· No titubees
en aprender de memoria definiciones, fórmulas, fechas y bosquejos, siempre
que los comprendas.
· Para memorizar
es mejor leer en voz alta que silenciosamente, y es mejor rápidamente que
despacio.
· Después de un
estudio intenso, especialmente si se trata de un tema nuevo, descansa un rato
antes de comenzar otra tarea.
· Aplica tus
conocimientos en todo trabajo tanto como sea posible y tan pronto como
puedas.
· Toma apuntes
mientras estás en clase.
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Afortunadamente cada nuevo año escolar te da la oportunidad de mejorar y comprometerte más con tus estudios y es el momento adecuado para revisar ciertos puntos que harán que estudies con eficiencia. Te animo a que los leas y los pongas en práctica, ya veras que tu motivación aumenta y de seguro tendrás éxito en el curso que comienzas, ¿de acuerdo?.
Referencias:
R.G. Hernández Santiago. El éxito en tus estudios. Trillas.
Fin de la publicación.
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