martes, 12 de diciembre de 2017

PARA MI HIJA.

De una de mis lecturas selecciono este texto que con amor dedico a mi hija; aunque el contenido es también apropiado para mi hijo pues a ambos los amo con igual intensidad. 


Para mi hija:

Cuando tuve conciencia plena de ser padre – tu padre – me prometí impedir que tropezaras y si acaso tropezabas, estar pegado a ti para asistirte en la caída; pienso que mis acciones son a veces obstáculos en tu crecimiento… con madurez, tranquilidad y serenidad tu madre me ha ido señalando mis errores; sigo buscando el modo de corregirlos… la excesiva protección  del padre convierte a mi hija en dependiente «y anhelo que fortalezcas tu independencia» y que sepas que estoy siempre aquí para ayudarte cuando lo necesites.



Desearía heredarte mi experiencia pero entiendo que la experiencia es eso; experimentación; solo puedes tenerla cuando la vivas, cuando la sientas y cuando reflexiones sobre tus acciones, la experiencia tienes que adquirirla en carne propia. No puedo hacerlo por ti, pero prometo estar disponible cuando solicites mi consejo. 

No prometo, hija, solucionar tus problemas, aunque lo haría todo por ti. La solución suele estar en tus manos y no en las mías, pero prometo ayudarte en lo posible y escucharte cuando quieras desahogarte.

No prometo, hija, evitarte sufrimientos, no puedo cegarte a la realidad, porque a veces sufrir es necesario para aprender a ser fuerte, pero prometo ofrecerte mi hombro, cuando necesites consuelo. 

No prometo, hija, darte todo lo que quieras. En todo caso es mejor que aprendas que los caprichos y las modas no son importantes pues se olvidan en cuanto se consiguen, pero prometo hacer el mayor esfuerzo para darte lo necesario.

No prometo, hija, que serás tú el centro de mi atención, necesito también atender otros asuntos por tu bienestar y el de toda la familia, pero prometo no descuidarte y dedicar un tiempo especial, solo para ti.

No prometo, hija, caerte bien en todo momento, a veces no te gustará lo que yo diga o haga, porque tengo la obligación de guiarte por el camino correcto. Pero prometo no maltratarte ni humillarte cuando te corrija.

No prometo, hija, que serás una niña mimada, a la larga te haría mucho daño. Pero te prometo que serás mi niña querida.

No prometo, hija, estar a tu lado siempre, soy mortal como cualquier humano. Pero prometo enseñarte que existe un Padre que si es eterno a quien podrás acudir siempre que quieras. 

No prometo, hija, ser un padre perfecto, pero prometo poner todo mi amor en el intento. 

                                            Te amo, aunque a veces no sepa como decirlo y mis expresiones de amor no sean las que esperas.








En Junio de 2024 Escribí esto para mi hijo y para mi hija... tal vez nunca lo lean pero igual lo guardo aquí mientras me animó a enviárselos por correo tradicional.

Mi amado hija:
    Te cargué durante mucho tiempo cuando estabas lastimada, cuando te emocionabas o cuando estabas cansada, te cargué cuando eras muy pequeña para que vieras lo que yo podía ver.
    Y un día te bajé y ya no te volví a cargar; un día te hiciste grande, demasiado grande para caber en mis brazos, demasiado grande para descansar en mi; ahora podías ver -sin mi ayuda- más allá de lo que yo veía.
    Yo no sabía que esa sería la última vez que te cargaba, lo había hecho tantas veces que se me volvió costumbre.
    Ahora que eres grande espero nunca olvides que mis brazos siguen abiertos para ti, para que recargues tu cabeza en mi hombro; espero me busques cuando algo te lastime, que me llames cuando estes asustada; seguro ya no podré cargarte pero igual te abrazaré con el amor incondicional que guardo para ti.







¿Quiere enriquecer su espíritu? le invito a visitar los siguientes vínculos:


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