CAPITULO II
del libro del Eclesiástico
Hijo, en entrando en el servicio de Dios, persevera firme en la justicia y en el temor, y prepara tu alma para la tentación.
Humilla tu corazón y ten paciencia, inclina tus oídos y recibe los consejos prudentes, y no agites tu espíritu en tiempo de la oscuridad o tribulación.
Aguarda con paciencia lo que esperas de Dios. Estréchate con Dios y ten paciencia, a fin de que en adelante sea más próspera tu vida.
Acepta gustoso todo cuanto te enviare, y en medio de los dolores sufre con constancia y lleva con paciencia tu abatimiento.
Pues al modo que en el fuego se prueba el oro y la plata, así los hombres aceptos a Dios se prueban en la fragua de la tribulación.
Confía en Dios y Él te sacará a salvo; y endereza tu camino y espera en Él; conserva tu temor hasta el fin de tus días.
Vosotros los temerosos del Señor aguardad con paciencia su misericordia; y nunca os desviéis de Él, porque no caigáis.
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