Los consejos de Doña Carmencita
(Estos consejos te pueden cambiar la vida, lee mujer)
(Estos consejos te pueden cambiar la vida, lee mujer)
Ella
radica en Saltillo, Coahuila, en el meritito centro. Y un día, escuchando a su nieta comentar lo mal que estaban las cosas
en su vida, en su trabajo, con su matrimonio, en el mundo, etc. etc., se acercó
a ella y le dijo: "Mira, m'ija,
pa'que dejes de andar quejándote, te voy a dar unas cuantas sugerencias, pa' que vivas bien
y no nomás sobrevivas... ¡mírame a mí, estoy en la flor de la vida y me sigo riendo! A'i
te van":
1. Agradece por todo; No te
quejes, agradece a la vida que estás, que sigues y que vives; no’más piensa que
a otra bola de pendejas ya se las llevó la chingada!
cuando puedas dormir...
duerme,
cuando puedas disfrutar...disfruta,
cuando puedas
trabajar....trabaja,
y si aún puedes: échate
unos traguitos, juega con los hijos, haz el amor o ponte a
chiflar o a cantar en la regadera y agradece que tienes salud.
No te la pases quejando ¡ayyy si hubieraaaa! ¡ayyyy les di! ¡ayyy si tuviera! ¡cuanto sacrificio! No m'ijita, altas y bajas siempre ha habido y siempre las habrá.
No te la pases quejando ¡ayyy si hubieraaaa! ¡ayyyy les di! ¡ayyy si tuviera! ¡cuanto sacrificio! No m'ijita, altas y bajas siempre ha habido y siempre las habrá.
3. Si en la noche no puedes
dormir...
Sí estás vuelta y vuelta en
la cama, pos' párate y ponte a hacer algo: arregla un cajón, plancha tu blusa pa'mañana,
ponte a leer... porque si te quedas acostada con los ojos pelones vas pensar
puras pendejadas... Y lo pior es que te paras y las haces... sí ya de por sí...
4. Los problemas grandotes,
esos que son del mundo... y que se oyen en la televisión, que sí se está
calentando el planeta, que si a tal país ya se le llevaron los dineros, que si
los narcos... esos, m'ija ¡mándalos a la chingada, no los vas a arreglar tú!! Luego
ni les entiendes, no te hagas pendeja. Deja que los que pueden, los arreglen. Tú ocúpate de los que se ven más chiquitos,
esos que sí están en tus manos. Desapendéjate, aunque sea a ratos, atiende
esos; los demás a chingar a su madre!
5. Si te dan... agarra todo lo
que te den.
¡Agárralo, aprovéchalo! así
sea un beso o una pendejadita, porque uno vive pensando que las cosas las
genera uno, pero no sabes de qué forma te llegan... así que tú agarra ¡y no te
apendejes!
¡Ahhh, pero eso sí: no agarres lo que no es
tuyo! Ni la bicicleta, ni la bolsa, ni el dinero, ni al marido o amante de
otra; lo ajeno, respétalo, es de
otra; cada quien tiene lo suyo, lo que se gana y lo que se merece.
6. Lo que hagas, ¡hazlo con
ganas! Con muchas ganas y mucho gusto, y hazlo bien o no lo hagas y déjate de
pendejadas. Olvídate de las envidias, tú a lo tuyo, porque no sabes cuando vas
a valer madres...
7. Cuídate de las cabronas y
aléjate de las pendejas.. Fíjate bien como son, porque... ¡hay un chingo!; conócelas
y nunca seas como ellas.
Ayuda y escucha a tus amigas, no hables mal de la gente, ni siquiera de las cabronas o de las pendejas; sé orgullosa, pero no seas arrogante, ni prepotente.
Sé humilde, pero no agachada; sé valiente, pero no imprudente.
Cuando ganes, sonríe; cuando pierdas, no armes un desmadre, y si te da la gana... llora.
Ayuda y escucha a tus amigas, no hables mal de la gente, ni siquiera de las cabronas o de las pendejas; sé orgullosa, pero no seas arrogante, ni prepotente.
Sé humilde, pero no agachada; sé valiente, pero no imprudente.
Cuando ganes, sonríe; cuando pierdas, no armes un desmadre, y si te da la gana... llora.
8. Nunca te preocupes por lo
que no tienes, por lo que no puedes comprar.
Cuántas cabronas que tienen todo el dinero del mundo están en la cárcel, enfermas de la cabeza o guardadas en un hospital, asustadas e inseguras, están muy solas o tienen un marido cabrón que les pega diario. No son felices, no saben comunicarse, no tienen una familia como la tuya. Tú tienes algo más valioso que es tu gente: tu salud; ¿y esas? no tienen madre.
Cuántas cabronas que tienen todo el dinero del mundo están en la cárcel, enfermas de la cabeza o guardadas en un hospital, asustadas e inseguras, están muy solas o tienen un marido cabrón que les pega diario. No son felices, no saben comunicarse, no tienen una familia como la tuya. Tú tienes algo más valioso que es tu gente: tu salud; ¿y esas? no tienen madre.
9. Manda a chingar a su madre
a la Muerte. Que sea ella la que se preocupe por no poderte llevar, y no seas
tú la que se preocupe porque ya te va a llevar
Y por último m’ijita, si la vida te da limones... tú pide ¡tequila y sal!... !!que limonada, ni que la chingada!!
Y por último m’ijita, si la vida te da limones... tú pide ¡tequila y sal!... !!que limonada, ni que la chingada!!
¿Así?
o más claro?
He aquí un texto de complemento, similar en contenido pero distinto en estilo. Se llama: Para mi hija.
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